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El Salvador. Dos horas antes de que el Tribunal Supremo Electoral, ofreciera los primeros resultados preliminares, el presidente Bukele, se proclamó ganador de las elecciones y afirmó haber obtenido la mayoría de las diputaciones. El TSE, con un presupuesto de más de 70 millones de dólares para estas elecciones, fracasó en proporcionar información precisa hasta el final de la jornada de ayer, dejando en la oscuridad los resultados legislativos.
Tras una jornada que concluyó sin resultados oficiales, el presidente Nayib Bukele, proclamó su triunfo en las elecciones presidenciales y el de su partido en las legislativas. Desde la plaza central del país y cuando el Tribunal Supremo Electoral, presentaba unos resultados que no cuadraban matemáticamente con el 22 por ciento que decía haber escrutado, Bukele, se atrevió a hacer algo que nadie más había hecho en casi un siglo: declararse presidente para un segundo periodo consecutivo.
De hecho, lo hizo antes. Bukele no esperó siquiera a que el Tribunal diera datos preliminares y minutos antes de las siete de la noche ya se había declarado ganador con el 85 % de los votos en un tuit, apenas dos horas después del cierre de urnas, cuando el Tribunal no había dado ni un dato y en la mayoría de centros de votación no se habían abierto las urnas de diputados: “De acuerdo a nuestros números hemos ganado la elección presidencial con más del 85 % de los votos y un mínimo de 58 de 60 diputados de la Asamblea”. A la madrugada de este lunes, el Tribunal aún no había llegado ni al 50 por ciento del conteo.
Este acto de autoproclamación por parte del presidente Bukele ha generado controversia y preocupación tanto a nivel nacional como internacional, especialmente por el desafío a los procesos democráticos y a la Constitución del país. Los observadores electorales y la comunidad internacional están atentos a los próximos pasos que se tomarán en medio de esta situación política sin precedentes en El Salvador.
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