¿El retiro de Paola Hall es el inicio del colapso electoral? O negociación política
- Ricardo I. Zapata
- 17 jul
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Tegucigalpa – La consejera propietaria del Consejo Nacional Electoral (CNE), Ana Paola Hall, anunció que pone a disposición su cargo, lo que profundiza la incertidumbre institucional a poco más de cuatro meses de las elecciones generales previstas para el 30 de noviembre. Aunque su decisión no implica una renuncia formal, deberá ser tramitada ante el Congreso Nacional, el único ente con facultad para aceptarla y nombrar un sustituto.
Hall fundamentó su decisión en la falta de quórum legal para sesionar, tras la reiterada ausencia del consejero Marlon Ochoa. Afirmó que mantenerse operando bajo una mayoría de dos consejeros podría implicar la nulidad de decisiones y responsabilidades penales. La funcionaria advirtió que la crisis interna ha deteriorado la credibilidad del CNE, y sostuvo que no está dispuesta a violar sus principios ni la ley que rige el proceso electoral.
Por su parte, la presidenta del CNE, Cossette López, garantizó que las elecciones se realizarán, aunque reconoció que el Congreso Nacional debe actuar con prontitud para nombrar al nuevo consejero. Señaló que mientras no se acepte oficialmente la renuncia, Hall sigue siendo parte del pleno. También acusó al consejero Ochoa y al partido Libre de obstaculizar el trabajo del organismo electoral.
Diversos actores políticos y analistas han reaccionado con preocupación ante el anuncio. Mientras líderes liberales sugieren no aceptar la renuncia, analistas como Luis León y Oliver Erazo cuestionan el trasfondo político de la decisión. Ambos coinciden en que el CNE enfrenta una manipulación institucional que amenaza el proceso democrático. La salida de Hall, sin una resolución inmediata del Congreso, podría paralizar aún más el funcionamiento del órgano electoral en un momento decisivo para el país.
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