Israel ataca Irán para frenar su programa nuclear, el verdadero motivo tras la ofensiva

Sala de redacción. Oriente Medio ha entrado en una nueva fase de tensión tras el ataque preventivo lanzado por Israel contra múltiples objetivos en territorio iraní. La ofensiva, ejecutada la noche del 12 de junio, buscó frenar el desarrollo del programa nuclear iraní, considerado una amenaza directa para la seguridad israelí. Según las autoridades de ese país, el objetivo era impedir que Teherán acceda a armamento capaz de destruir Israel.

La operación, denominada Rising Lion, se desarrolló en dos frentes: por aire, con más de 200 aeronaves de combate, y desde tierra, con drones lanzados por agentes del Mossad infiltrados en Irán. Los primeros en actuar fueron estos drones, que inutilizaron radares clave cerca de Teherán y la planta nuclear de Natanz. Acto seguido, la Fuerza Aérea Israelí bombardeó diversos blancos estratégicos.

Entre los objetivos alcanzados se encuentran residencias de altos funcionarios del régimen iraní, instalaciones nucleares, centros de investigación y desarrollo, y bases militares. Medios oficiales de Irán confirmaron la muerte del comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria, general Hossein Salami, así como del jefe del Estado Mayor, Mohammad Bagheri, y de al menos dos científicos nucleares.

La respuesta iraní no tardó en llegar. A primeras horas del día siguiente, Irán lanzó más de 100 drones hacia territorio israelí. Sin embargo, todos fueron interceptados por sistemas de defensa israelíes, destructores estadounidenses en el Mediterráneo y cazas de aliados occidentales que patrullan la región. Hasta ahora, no se han reportado daños significativos en suelo israelí.

A pesar de la contundencia de la ofensiva, Israel ha informado que la operación continúa y podría prolongarse durante varios días. Mientras tanto, Irán ha elevado sus niveles de alerta y se prepara para una posible contraofensiva. Las mezquitas ya han izado banderas rojas, símbolo de venganza inminente en la tradición chiita.

En el plano diplomático, Arabia Saudí ha condenado el ataque israelí, mientras que la Unión Europea y Reino Unido han hecho llamados a la calma. No obstante, se espera que su implicación directa sea limitada, enfocándose en la interceptación de nuevos ataques aéreos y en gestiones diplomáticas. Estados Unidos, por su parte, ha advertido a Irán que se expone a nuevos ataques si no retoma las negociaciones sobre su programa nuclear.

Desde el interior de Irán, el régimen enfrenta crecientes presiones. La oposición interna se mantiene activa, y algunos analistas consideran que Israel busca no solo frenar el avance nuclear, sino también generar condiciones para un eventual cambio de gobierno. Las tensiones acumuladas desde el ataque de Hamás a Israel en octubre de 2023 han desembocado en esta peligrosa escalada militar.

El Organismo Internacional de Energía Atómica ha informado que, hasta el momento, no se ha detectado ninguna fuga radiactiva como consecuencia de los bombardeos. No obstante, la situación continúa siendo volátil y mantiene en vilo a la comunidad internacional, que observa con preocupación el curso de los acontecimientos.