El papa Francisco critica el estigma de "comunistas" hacia cristianos que ayudan a los pobres

Roma. El papa Francisco, lamentó este viernes en Roma que se siga tachando de "comunistas" a los cristianos que dedican su vida a asistir a los más necesitados, y denunció la falta de atención hacia personas sin hogar y el desperdicio de alimentos en las grandes ciudades. Durante la asamblea de la diócesis de Roma en la basílica de San Juan de Letrán, Francisco instó a la Iglesia a ver la pobreza como una "urgencia eclesial" y a trabajar con un sentido de responsabilidad personal hacia los pobres.

En su discurso, el pontífice pidió que se deje de lado el prejuicio hacia los religiosos que trabajan con los desfavorecidos. "Por favor, no digamos que los cristianos, las religiosas o los curas que trabajan con los pobres son comunistas", solicitó Francisco. Sus palabras fueron un llamado a la sociedad y a la Iglesia a no etiquetar ni juzgar a quienes ayudan, sino a solidarizarse con los más vulnerables, viéndolos como "hermanos, carne de nuestra carne".

Francisco también escuchó a varios vecinos de las periferias de Roma, quienes compartieron sus experiencias de pobreza y exclusión. Habló de los problemas que enfrenta la capital italiana, como jóvenes sin empleo, ancianos sin acceso a tratamientos médicos y personas en situación de calle. El papa subrayó la necesidad de ver en estas personas "el rostro de Cristo sufriente", en lugar de reducir su situación a un simple dato estadístico o a gestos de caridad distantes.

Cabe destacar, que el pontífice cuestionó las contradicciones de la ciudad, criticando cómo se desperdician alimentos mientras miles de personas pasan hambre y cómo el acceso a los recursos médicos varía según la condición económica. "Una ciudad que asiste inerme a estas contradicciones es una ciudad lacerada", sentenció Francisco, quien instó a la Iglesia a asumir un papel activo y humano, que no solo dé ayuda material, sino que reconozca la dignidad de los más pobres.